Los contrastes los encontramos siempre, a todas horas, y en cualquier lugar. Son parte de nuestra vida cotidiana y por lo tanto de los procesos creativos. Pareciera que son parte incluso del ser humano y de su constante búsqueda por algo nuevo, diferente, sabiendo que en el fondo, no estamos hechos para la monotonía absoluta. Tal vez así podríamos explicar cómo en algún momento de la historia, el diseño se inspiraba en la naturaleza; ornamentando con elementos como flores y plantas, así como con combinaciones tipográficas. Esta propuesta siguió su curso natural, hasta el punto donde la idea misma de “diseño” se transformaría, cuestionando el valor de todos esos ornamentos en los objetos, eliminando finalmente su existencia en los posteriores años.

Wim Crouwel era un brutalista, alguien que veía el diseño en su forma práctica y simple, con el primer objetivo de comunicar. Después de haber estudiado artes, encontró una fascinación en el diseño de pósters. Influenciado por la escuela suiza de diseño, consideró a la retícula como el elemento más importante y este principio lo utilizaría no sólo para composiciones gráficas en pósters, sino que lo llevaría hasta el diseño tipográfico. Así es como da lugar, por ejemplo, a New Alphabet; una tipografía de los años 60 que parte de un sistema de puntos ideado para adaptarse a los monitores de tubo de las emergentes computadoras.

Por otro lado, se encuentra René Bazaine, estudiando escultura y diseño de vitrales, para después encontrar su mayor éxito y pasión en la pintura. Enfrentándose al paradigma de su época entre lo abstracto y lo figurativo, publicó sus pensamientos en el texto Notas de la pintura de hoy. Más tarde, realizaría el evento Veinte pintores jóvenes de tradición francesa, como manifiesto ante el rechazo hacia el “arte degenerado” y la imposición de un arte sumamente dogmático y tradicional.

Pasaron 70 años y Matthew Fenton y Haakon Spencer, de British Standard Type, unieron estos dos talentos en una nueva tipografía; Bazaine, nombrada así luego de haber encontrado inspiración en las letras del póster que Wim Crouwel diseñó para una exhibición de Jean René Bazaine en 1959.

La estructura de Bazaine está construida con las bases de una tipografía grotesca, pero con particularidades específicas,como la forma ancha y en momentos cuadrada que se logra por tener una altura x alta. Es interesante ver la amplia anchura de los caracteres redondos, como la “c” y “o” que contrasta con la de otros como la “h” y la “u”, así como el cuidadoso trabajo de kerning a lo largo de toda la fuente.También está el recorrido orgánico y dinámico al observar su silueta, generada por sutiles contrastes asimétricos en las conexiones y terminaciones de sus caracteres, siendo visibles incluso en los pesos más bajos. Destaca también la versión que han desarrollado en versalitas para añadir versatilidad a su uso. Bazaine, entonces, deja ver que más allá de ser una tipo cuya función es ser un medio comunicativo transparente como Helvetica, invita a observar la modulación en sus formas y vislumbrar sus intenciones estéticas.

El pensamiento final luego de analizar Bazaine, sugiere un tono romántico en el quehacer creativo cuando contemplamos cómo dos personas, con sus propios contrastes personales, y con los contrastes de épocas y oficios, de alguna manera se encuentran en el camino del diseño, para inspirar un producto -en este caso, una tipografía- que perdurará como ellos mismos en la historia, permitiendo que este producto inspire algo nuevo que no podemos imaginar aún.